Oswego

 

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Una tarde de finales de junio, los tres fuertes de Oswego se le aparecieron a la vista. En el fondo, el azul del agua se topaba con el cielo.
Fort George era un esqueleto renegrido, quemado durante la guerra.
Un poco más lejos, las ruinas de otro fuerte, refugio de colimbos y ocas. La plaza de armas albergaba las chozas de los indios que acudieron para el consejo. Frente a cada una de ellas campeaban armas, cabelleras y trofeos de guerra. Un bullicio difuso acompañaba el ir y venir de hombres y mujeres: llamadas, ladridos de perros, gritos de niños, mercaderes vestidos con pieles voceaban las virtudes de sus mercancías. Las hogueras se aprestaban a iluminar la noche.
Oswego suponía "que fluye rápidamente", pero los recuerdos de Joseph eran demasiado densos como para fluir en forma normal.[...]
Fort Ontario todavía estaba en buen estado, aunque la tropa ya no lo ocupara desde hacía cinco años. Joseph había trabajado allí como intérprete. En un cobertizo del patio había visto a su esposa Peggy dar a luz a Isaac, el primogénito.


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07 February 2007


Oswego
Plano de Fort Ontario